Como joven, a lo largo de mi vida, muchos adultos han
empleado frases tales como “En mis tiempos era mejor”, “Cuando joven las cosas
no eran así”, “Todo tiempo pasado fue mejor”, entre otras, y esto responde a un
contexto novedoso para ellos, pero dónde nosotros somos nativos, contexto caracterizado
por la inmediatez y la practicidad, donde las cosas se encuentran a sólo un clic
de distancia, las relaciones personales se ven reducidas a una pantalla y la
cantidad de seguidores son los que nos definen.
La era de la tecnología, bastante cuestionada, significa una
herramienta para el aprendizaje cumpliendo también una función de distracción y
entretenimiento. En la web podemos encontrar todo un abanico de posibilidades,
grandes textos literarios y videos de gatos comparten un espacio en el internet
y millones de personas acceden a esta plataforma con diferentes propósitos
utilizando esta herramienta como crean más apropiado.
La información que está actualmente en el internet es
infinita, existen demasiados portales que facilitan el acceso a la misma, y los
jóvenes nos encontramos particularmente bombardeados por una serie de datos,
noticias, fotografías, música, videos, etc. Como nativos de esta época, hemos
adquirido ciertas habilidades en cuanto dispositivos móviles, contamos con
“mañas” que nos facilitan el manejo de estas tecnologías, participamos
activamente en las redes sociales y estamos en constante navegación.
Académicamente, contamos con una ventaja frente a nuestros
padres y abuelos: La información necesaria para adquirir conocimiento está en
un solo lugar, internet. Al momento de realizar una consulta sólo basta con
agarrar nuestro celular, acceder a google y ya, tenemos fechas, nombres,
lugares en la palma de nuestra mano, todo el tiempo, ya que los celulares se
han convertido en una extensión del cuerpo humano, se podría decir que cargamos
con nosotros miles de enciclopedias y que están a nuestra disposición las 24
horas del día, mientras tengamos wi-fi o datos.
Gracias a las lecturas pude reflexionar sobre mi vida
académica y como realizaba y realizo las búsquedas en internet para cumplir con
mis responsabilidades. Note que en el colegio para mi era muy fácil googlear
los términos que me habían encargado buscar, y copiar textualmente lo que
aparecía en Wikipedia, para luego leerlo frente a la clase y conformarme con
una nota de 4 o 4,5 sí había impreso imágenes.
Pero también recuerdo que cuando un tema me interesaba y
realmente encendía en mí una curiosidad que solo se veía saciada si lograba obtener la mayor cantidad de datos
curiosos fechas y lugares, como por
ejemplo Harry Potter o Guns and Roses, que fueron temas que me llegaron a
obsesionar, podía visitar un gran número de portales web, buscaba diferentes
fuentes y claramente no existía ninguna calificación de por medio, entonces,
¿Por qué no aplicar mi gran habilidad de navegación web probada anteriormente
en Harry Potter también en las tareas que me encargaron en el colegio, y las
que ahora tengo en la universidad?
Claramente el interés por un tema influye a la hora de hacer
una búsqueda en Internet, para mí, las mitocondrias y la química no cuentan con
el mismo atractivo que la historia del niño con el rayo en la frente, pero eso
no significa que le deba restar importancia al conocimiento que está disponible
la web, y teniendo en cuenta que mis capacidades de búsqueda mejoraban cada vez
que buscaba alguna “tontería”, ¿Podría estar desperdiciando mis capacidades? O
¿Estoy menospreciando cierta información y fuentes que podrían aportarme un
gran conocimiento?, después de las lecturas descubrí que sí.
Mi papá se maravilla con videos de gatos que se ponen
sombreros en YouTube y también le entra un sentimiento de nostalgia cuando
encuentra algún texto que utilizo en la universidad convertido en PDF y siendo
compartido por miles de personas, no deja de repetir “Cuanto me hubiera
facilitado la vida el internet”, y por esa misma razón no duda en preguntarme
como instalar un programa o quien le está preguntando en Facebook ¿Qué estás
pensando? Esta situación me causa una serie de dudas internas, claramente
internet ha sido una ayuda enorme académicamente hablando, y nos otorgó
posibilidades de rapidez que un libro no pero si la plataforma hubiera existido
en la época de mis padres y abuelos ¿Realmente la hubieran aprovechado de la
misma forma que lo afirman? Porque no hay día que mi papá no vea un vídeo de
caídas en YouTube o se deje encantar por los ojitos de los amados cachorros de
internet, así que no quiero aventurarme a solar una respuesta, pero se quedara
en el tintero por un tiempo.
Profesionalmente hablando, después de reflexionar en la
importancia de las fuentes y como las he ignorado con total descaro pensé que
en un futuro no tan lejano yo seré la fuente, como periodista, jovencitos
citaran algún articulo o noticia que desearía que fuera realmente tomada con la
seriedad que la escribí y teniendo en cuenta el esfuerzo depositada en la
misma, no quiero ser una mitocondria cuando mi esfuerzo le apunta a ser un
Harry Potter.
Lo que me lleva a la publicación y autopublicación, que
considero realmente admirable, confiar en el internet directamente para
publicar una obra, para mí, responde a la pasión que se le tiene a la escritura
y la necesidad de ser compartida, porque estos autores no andan tras el dinero
o la fama, que son elementos escasos cuando se empieza como autor digital, sino
por mero gusto de escribir y que los demás conozcan lo que tengo que decir.
Además que foros como Wattpad me confirma que los jóvenes tienen como llenarse
de información de su interés con una impresionante facilidad, la gente se
devora libros enteros, y se mueven ágilmente entre autores y temáticas
distintas, y me permitiré dudar si tienen el mismo procedimiento cuando se les
asigna una tarea en el colegio y la universidad.
En fin, las lecturas hicieron me hicieron cuestionar ciertas
situaciones de mi comportamiento estudiantil, lo que me lleva a querer cambiar
mis hábitos frente a mi presente, que lo que he aprendido a lo largo de mi vida
sobre computadores y celulares sea una ayuda en mi vida académica, cuando me
vea en la tarea de buscar algo en específico recurra a diferentes fuentes y me
deje encantar por la red tal como lo he hecho con otros temas, además de no
dejar en el olvido a los libros y a las bibliotecas, que hacen parte de una
experiencia que el internet carece.
Siento que esta reflexión no le corresponde exclusivamente a
los jóvenes, sino también a los adultos, no intimidarse por la “brecha digital”
y sacarle provecho a esta herramienta, no temerle acercarse a un google maps o
acercarse a las plataformas digitales de los periódicos y sus emisoras
favoritas, que las redes sociales no sean exclusivamente para compartir
oraciones o imágenes de piolín, sino sea un mecanismo de comunicación entre
amigos de la infancia, además de un canal para compartir información que con la
práctica y el constante uso será cada vez mejor filtrada, desconfiando un poco
de las cadenas de whatsapp y que las puedan corroborar fácilmente acercándose a
google por medio del celular en el que escriben con un solo dedo.