lunes, 27 de febrero de 2017

Charly Garcia y APA

Por favor leer escuchando esto. Gracias.  https://www.youtube.com/watch?v=VAOBIkhOARM

Ya no quiero volverme tan loca con las normas APA, este conjunto de reglas ha complicado mi vida, y con las ultimas clases enfocadas exclusivamente en este tema, en el fondo de mi veo temor y veo sospechas con esta extraña fascinación nueva que tiene el profesor. Desde el colegio adaptarme a estas normas fue difícil, empezando nunca he tenido muy claro la larga lista de estatutos, no me los he aprendido ni mucho menos sé cómo aplicarlos correctamente. Así que, para entender todo este embrollo: No voy en tren, voy en avión.

Por si no usted no ha ido a New York, ni a Paris, por el contrario, vive bajo la tierra, Charly García ha regresado al mundo de la música con “Random”, el nuevo álbum que estreno hace poco , el 23 de febrero de este año para ser exactos. Arrancó con Chopin  nocturne op 9 no 2 para regalarnos La máquina de ser feliz, plateada y lunar. Justo en esta locomotora desconocida pero cautivadora, nos aventuraremos a entender lo que un grupo de psicólogos, antropólogos y administradores de negocios han decidido imponer como necesaria tortura académica.

Código 1: Tipos de artículos. Hay 6 tipos de artículos, (como los años que Charly se demoró en darnos pistas de un nuevo álbum, desde el 2010 con Kill Gil estábamos esperando su regreso. Valió la pena.) Hay estudios empíricos, enfocados en proyectos de investigación y su proceso; reseña literaria (artículo que estoy dispuesta a hacer sobre “líneas paralelas” escrito adivinen por quien, Charly) , encargada de evaluar material de otros autores; artículos teóricos, que presentan información empírica sobre un tema promoviendo el avance de alguna teoría, para afinar algunos conceptos; artículos metodológicos, (ojala Charly hiciera uno sobre el proceso creativo de “los dinosaurios”) que explican a la comunidad investigativa, modernos métodos, nuevas formas de indagación o modificaciones a otros métodos; estudios de caso, que son informes obtenidos al trabajar con individuos o comunidades y otros tipos de artículos, que vienen siendo como el homenaje que Charly Garcia, Fito Páez y Ricardo Molo le hicieron a Cerati, ya que este tipo de artículos se enfocan en información breve, comentarios, obituarios, réplicas de obras, etc.

Este código también habla de la ética en la presentación de estos documentos. Evitar el plagio, citar correctamente, dar los créditos correspondientes. Con “me siento mucho mejor” Charly nos mostró como se vuelve una canción ajena en un hit musical sin necesidad de cometer plagio, por el contario rinde tributo a otros autores, ya que su trabajo como versionista ha sido impecable, y me podría quedar hablando horas sobre “Himno nacional argentino” inspirada en Star-Spangled Banner de Jimi Hendrix o “influencia” y su relación con “Influenza” de Todd Rundgren, pero este escrito es sobre normas APA, vaina que tengo que recordarle al lector y principalmente a mí.

Código 2: Elementos de manuscrito. ¡Qué placer esta pena! Acá se habla sobre el título del documento, el nombre del autor, la afiliación institucional (¿Sabían que le dicen “Bigote bicolor” a Charly García por la falta de pigmentación en su bigote, gracias al vitíligo, provocado por los trastornos que sufrió ya que sus padres estuvieron ausentes durante su infancia?, pobre, pero es un título, es explicativo y tiene menos de 12 palabras, cuenta).



Además, este código nos habla del resumen, que es una síntesis breve, preciso y no evaluativo, coherente y conciso. Por ejemplo, la versión charlesca del himno nacional argentino es un resumen en versión rock en español, que logra condensar en 4:35 minutos los 10:37 minutos originales, pero sin perder el sentido, por el contrario, adquiere un valor adicional, que servirá para reconstruir un periodo de la historia argentina, instrumentalmente hablando, y fue tal el impacto que muchos argentinos tildan  esta versión como mejor, algunos hasta se atreven de reclamar esta interpretación en los partidos de fútbol, prefiriéndola sobre la de Vicente López y Blas Perea.

Código 3: Canción para mi muerte. Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad, luego me toco exponer el código 3. Sólo por si no se ha percatado, para mi es difícil mantener distancia  de un lenguaje literario o metafórico, ya que considero mucho más hermosa y entretenida una prosa elegante acariciada tenuemente por alegorías y símbolos, pero APA no está de acuerdo con mi posición romántica en sus textos académicos, APA prefiere lo literal, especifico y directo, “menos es más”, diga únicamente lo que quiere decir, evitando las redundancias y las contradicciones, evite el te amo, te odio, dame más.

Es importante que las ideas estén organizadas, se debe pensar bien en la línea que se quiere seguir en el artículo, todo lo contrario, a “rompan todo” que Charly hizo en 1991 con Pedro Anzar, porque si quieres bailar, si quieres sentir, adelante, pero siguiendo una estructura, ya que facilitara la lectura y hará más entendible el texto. También es importante elegir el vocabulario correcto y la jerga adecuada. (Algo así como “No llores por mí, Argentina”, vaya  expresión tan acertada).

Procedemos a la reducción de discriminación por tema. Género, hace referencia a los términos adecuados y no peyorativos que deben usarse en un texto académico, eludiendo una marginación sexual. No se dice “sexo opuesto” se dice “el otro sexo” y una mujer que estudió ingeniería es ingeniera. No seamos suicidas, recurramos al plural y nos libramos de las complicaciones que implica distinguir si somos excluyentes o no, cambiemos el terapeuta, por los terapeutas, recuerden que todo gato en la ciudad tiene mil vidas.

Desconocía varias cosas cuando empecé a realizar esta exposición, la diferencia entre transgénero y transexual me era tan ajena como la cordura a Charly, la diferencia es que yo necesito de estos conocimientos, él está perfecto en su locura. APA enseña a no tener caos, Charly me enseñó a ordenar el caos.

APA es como “Tu vicio”. Yo soy un vicio más, en tu vida soy un vicio más ¿Por qué no me dejas si es que soy tan sólo un vicio más? Tu vicio. Tal cual, puedo oír susurrar esas palabras en mi oído cada vez que empiezo algún texto bajo estas normas demoniacas, a pesar del odio que le guardo, las necesito, las necesitamos.

Cuando escuche por vez primera “chipi chipi” la deteste. Charly acababa de romperme el corazón. Sentía que las botellas de póker, el humo de jet negro y la reciente charla sobre Sartre no combinaba para nada con ese sonsonete medio salsero. El cambio abrupto de “cuando pase el temblor” de Soda Stereo a el trabajo experimental del señor bigote bicolor no me convenció. Pedí que la cambiaran, que Janis Joplin me lograría entender mejor en ese momento. Mis caprichos fueron rápidamente atendidos, y deje atrás a ese tal “chipi chipi”. Viernes posteriores, esa canción me persiguió, y así fue como le cogí cariño, de a poquitos. Espero que suceda lo mismo con APA, que de lunes en lunes pueda entenderlas lo suficiente como para aplicarlas, o al menos para que en el próximo parcial me vaya bien.

Ahora ustedes cada vez que estén “masturbando a la nena en un hotel de Pinamar” pensaran en APA, y así sabré que he logrado mi cometido.





lunes, 20 de febrero de 2017

Mi nuevo tesoro

Al entrar a esta universidad era consiente de ciertos beneficios que contaba, sabía que la biblioteca Alfonso Barrero Cabal me brindaría desde a Hanna Arent y John Locke hasta libros sobre el tarot y el Kamasutra. También sabia de ático, que me ha sido muy útil en mis proyectos audiovisuales y trabajos publicitarios; las cámaras, luces y micrófonos son una ventaja que tenemos sobre otras universidades. Con el tiempo fui conociendo más y más beneficios, como por ejemplo el poder ver películas en la biblioteca y jugar Xbox. Además, tenemos el gimnasio, que sinceramente use dos veces porque la actividad física y yo no nos llevamos muy bien, por eso si vuelvo sería por el jacuzzi.
Luego de un año en la universidad, en esta clase, conocí que tenía acceso a otros beneficios, como a la base de datos que me ha sido muy útil en otras materias. Esto me recordó algo sucedido en otra clase: en teoría del conflicto el profesor nos mostró una base de datos que estoy segura que le sería bastante útil a muchos, ya que contiene todos los conflictos armados del mundo, con fechas exactas, los actores y cifras exactas. Entonces me llevo a preguntarme algo ¿De cuantas bases de datos me estoy perdiendo?

De muchas Paula, de muchas. Luego de un pequeño curso (tutorial en YouTube) y buscar exhaustivamente (googlear) conocí otras bases de datos, que seguramente usaré en mis próximos trabajos, que lamento profundamente no haber conocido antes. Yo, al sentirme orgullosa de mi nuevo conocimiento, le conté a mi papá lo aprendido y le muestre algunas de las bases de datos que conocí y cómo manejarlas, posteriormente el soltó el típico comentario de “Si hubiera tenido esto en mi época, todo hubiera sido más fácil” para luego regañarme por no haberlas conocido antes y demás sermones que nunca faltan. Lo bueno es que ahora él también usa algunas de las bases de datos para su trabajo, ahora los artículos que escribe tienen diferentes fuentes y es bastante tierno ver a mi papá navegando como todo un jovensuelo en esta plataforma.

En clase también conocimos google académico, plataforma que filtra mejor la información que el google convencional. Así que hice un experimento: Si en el google que todos conocemos, con poner los síntomas en la barra de búsqueda automáticamente padecemos de cáncer terminal, ¿qué pasa si pongo los síntomas en google académico? Pues nada, acá no me matan, acá me informan sobre plantas medicinales, pdf médicos que proceden de una universidad y algunos informes de vacunas. En google académico no muerdo, en cambio, aprendo medicina (un poquito).

En esa semana también nos introdujimos en el mundo de las normas APA, y tocamos el tema del plagio, que en lo personal, me encanta, identificar que es plagio, es toda una aventura editorial que estoy dispuesta a afrontar por el resto de mi vida con especial entusiasmo, oímos casos de plagio y aprendí que no debo hacer. Aprendimos los tipos de artículos y sus características, así que ahora estoy un poco más ubicada frente a este tema.


El mundo informacional es demasiado amplio y tan desconocido por mí, cada día que paso en internet aprendo algo nuevo, desde manualidades o recetas, hasta datos curiosos que impresionan a ciertas personas. No puedo dejar de preguntarme cada lunes y miércoles ¿qué tan bien estoy usando esta herramienta que cargo conmigo en mi celular y computador? Pero tengo seguro que al menos saldré más hábil de esta clase, y podré usar lo aprendido a lo largo de toda mi vida. 

domingo, 12 de febrero de 2017

Mi relación con el Internet

Querido Internet:

Tú, conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas, me has decepcionado. Recuerdo nuestro primer encuentro: Mi primera encarta, un portal que tenía diccionario para niños y juegos de memoria, ya no necesitaba de Paint para divertirme, tú me ofreciste un software educativo lleno de información que ya no recuerdo, pero que me fue útil para el colegio. Tenía los datos necesarios para superar mi primaria con rotundo éxito. No dude de ti, nunca, fue tan fácil para mi creer en tus palabras, esa confianza que me trasmitiste fue suficiente para hacer mis tareas y exposiciones, tus juegos me divertían y me enseñaban quien pinto la mona lisa o escribió el quijote de la mancha, no hubo mentira alguna, fuiste sincero conmigo, mis padres y mis profesores te aprobaron ¿y cómo no?, eras tan puro.

 Luego Messenger, qué inocente era, me acercaste a mis amigos por medio de zumbidos y bombas de agua virtuales, conocí los emojis, tú me enseñaste que era expresarme por medio de animales y caritas, mi dificultad para decir lo que pienso y mi pereza de escribir mucho te agradecen tan significativo acto. Ahora podía no sólo chismear en clase, sino pasar horas y horas cotorreando con mis amigas, y con todas al mismo tiempo. Tengo que admitir que a esa corta edad me fue más fácil hablar por Messenger con los niños barones de mi clase, nada me causaba más adrenalina que mandarle un “hola” al niño que me gustaba, y luego mandarle un zumbido, así como para no perder el toque de intensa que me caracteriza desde pequeña.

Sin saberlo, me adentraba lentamente al mundo de las redes sociales. Facebook es una realidad paralela, donde la vaina se complicaba un poco y a la vez me facilitaba ese proceso de la socialización, al que a mis 12 años le temía. Internet, tú y Facebook se han encargado de inmortalizar mis peores etapas, fotos tomadas en Cameroid para ser posteriormente editadas con Picnik, con “TKM” y “XOXO”, para completar, estados que reflejaban mi “depresión profunda” pre-adolecente. Tu eres cruel internet, no viste como suficiente mi vergüenza y ahora cada vez que abro Facebook tengo un “recuerdo” ¿Qué te hace creer que quiero recordar eso?

Pero también me has regalado momentos hermosos, me has otorgado algo que te agradeceré por siempre: películas y series. Mis viernes y sábados lluviosos no serían nada sin ti, mis ojeras gritan cuevana y pelis24, nada podrá remplazar los instantes que hemos pasado juntos. YouTube fue todo un hit, mejor dicho, ¡la toteaste! Qué buen invento, que buena idea se te ocurrió para hacerme aún más dependiente de ti. Porque no sólo me ofreciste música, sino toda una recopilación de vídeos estúpidos, pero tan TAN entretenidos, además, poco a poco me ibas conociendo mejor, me recomendabas cosas que sabias que me iban a gustar, pocas veces te equivocaste.

En mi vida académica, tu y yo éramos uno, no había tarea o proyecto al que no recurriera a ti, y sé que así va a ser siempre, nuestra relación en este tema será eterna, te lo prometo. Pero en esta clase de información y documentación me han contado cosas sobre ti que no me han gustado mucho. Yo recurría a ti porque sé de las capacidades que tienes y lo mucho que le has aportado a mi vida, pero ¿Cómo así que a veces mientes? Yo nunca te he mentido a ti, te he dicho donde vivo, que me gusta, mi fecha de nacimiento, todo lo que te doy es verídico, ¿y tú me pagas con esto, internet?. Está bien, entiendo que unas cuantas bromitas, que cadenas en WhatsApp sobre que ahora van a cobrar, unas cuantas noticias falsas, fotos editadas, está bien, podía soportarlo, lo entiendo, pero ¿meterse con mi vida académica? No, no lo voy a aceptar.

De ahora en adelante ya no voy a confiar tan ciegamente en ti, me has demostrado que no eres tan perfecto como te dices ser, y que has cambiado desde nuestro primer encuentro en Mi primera encarta. Ya no eres el mismo, o tal vez yo no lo quería ver, no lo sé. Sólo sé que ahora te haré muchas preguntas, de hecho, en clase creamos un cuestionario para saber cuándo nos mientes, porque al menos no soy la única que cayó redondita en tus redes, no, somos más, estamos unidos por una causa: saber cuándo nos mientes y tal vez en un futuro poder cambiarte, lograr que mejores. Tu puedes, yo lo sé.

Ahora mirare la extensión de las páginas web que me muestras, verificaré tus fuentes, estaré más atenta a la biografía, buscare el contacto del autor, porque me canse; me canse de que cada vez que me pregunten de donde saque la información decir: “Wikipedia profe” ¿Qué es eso? ¿Qué me has hecho? No, no más, ahora sonaré diferente cuando nombre paginas científicas o diccionarios especializados, seré una nueva persona, también con tu ayuda.
No todo es tu culpa, en una relación las cosas son de los dos, yo también sentía como suficiente lo que me entregabas, me recostaba en ti y no recurría a los libros u otras fuentes. Qué mediocre fui y qué alcahueta fuiste tú. Es hora de dar un paso, ambos, es hora de que nuestra relación madure y avance, si yo soy consciente de la forma en que busco y uso la información, tu podrás aportarme justo lo que necesito. He de resaltar grandes facultades que posees, tu rapidez, tu variedad, la forma en que las distancias se hacen cada vez más cortas, eres maravilloso, por eso te amo. Pero porque te amo, me amo y amo mi vida académica e intelectual, vamos a lograrlo.

Se acabaron nuestros encuentros jocosos de “la mujer con tres senos” “haz maíz pira con los celulares de tus amigos” “carga tu celular con una sandía”, no te creo más, fue divertido, lo sé, pero me fallaste no una, sino varias veces, por eso la confianza que tenía en ti ya no es la misma. No niego lo divertido que eres y la inmensa cantidad de sonrisas que me has sacado (también lágrimas, los vídeos de “solado que regresa a casa” son mi debilidad), has estado para mí en cada momento de mi vida: si estoy triste tengo una lista de reproducción en YouTube que se llama “para llorar poquito” #datoreal, si necesito concentrarme hasta los mismísimos Mozart, Tchaikovsky y Chopin están ahí. Tú haces eso posible

Esta carta es también para agradecerte. Gracias por libros enteros en PDF, por películas que ya no consigo en la esquina pirateadas, por Spotify, por los memes, por Julio el profe, por “vídeos de caídas 2016” (o 2015, da igual, los he visto todos) y por “gatitos súper tiernos”. Gracias por Skype, Snapchat, Instagram, twitter y Facebook. Desde Juegos.com hasta Yahoo! respuestas. Gracias. Esto no es un adiós, es un “sí, pero ¿y las fuentes?






domingo, 5 de febrero de 2017

Falsa y cibernética valentía.

En un mundo donde las redes sociales juegan un papel crucial en las relaciones personales, nace una realidad paralela sin normas, insignificantes restricciones y con la posibilidad del anonimato. Las personas adquieren diferentes personalidades a causa de las infinitas posibilidades brindadas por el internet y el nombre con el que fuimos bautizados no nos define más, ahora somos un usuario, una arroba (@).

Podemos ser quien queramos, un gran empresario o una niña inocente de tan sólo 12 años, no nos exigen comprobar que realmente lo seamos, no exigen ningún documento de identificación o una referencia personal, cualquiera con wi-fi, automáticamente puede establecer una conversación con alguien dispuesto a encontrar un nuevo amigo, subir contenido a la red y descargar otro, no hay límites.

Debido a esto, las personas se sienten “libres”, salen a relucir ciertas actitudes que difícilmente podrían llevar a cabo en la vida real, el coqueteo se ha vuelto más sencillo y las emociones se han reducido a emoticones, tres monitos pueden expresar todo el sentir humano, por otra parte, también hacer daño y manifestar odio es más fácil gracias a la simpleza cibernética, la frontera establecida bajo el respeto no tiene importancia alguna, lo moralmente incorrecto no existe.

El anonimato le ofrece al individuo un escudo y una espada con el que puede hacer lo que le plazca, insultar a mi enemigo, ridiculizar a mi oponente o torturar al indefenso parece ser válido en el internet. Plataformas como Ask.fm, bastante popular en cierta época de mi vida, puede llegar a ser realmente peligrosas, “preguntar anónimamente” significa “acá usted puede decir todo lo que seguramente no le diría a esta persona si la tuviera al frente suyo”, y una falsa valentía impulsaba a las personas para descargar odio, insultar y atacar a una persona es cuestión de presionar enter.

En el documental visto en clase evidencie esta “falsa valentía”. Por ejemplo: ¿Recuerdan a Clive Worth?, el minero jubilado de 60 años que se ha acostado con más de 400 mujeres gracias a Facebook, ¿habría el logrado el mismo número sin este atajo virtual? ¿tendría el mismo coraje en vida real? Me permitiré dudarlo, o Cameron Reilly ¿le hubiera dicho de frente a la futura reina “vaca presumida”? No lo creo.

Pero las cosas pueden subirse de todo, ¿Qué tan lejos puede llegar esta osadía ficticia? Todos hemos escuchado los casos de bullying donde las redes sociales jugaron un importante rol, como el de Anna Todd, una joven de 12 años que, sin pensar en las consecuencias, hizo topless por webcam y fue sextorcionada, pues alguien realizo unos screenshot y decidió sacarle provecho a la situación. El acosador termino subiendo las fotos a internet, causándole un insoportable dolor a Anna por las burlas en su escuela y en las redes sociales. A sus 15 años decidió suicidarse y registrar su historia en un video. Posterior a esto, la historia se hizo viral, su escuela le hizo un homenaje y demás cosas que no le devolverán la vida a Anna. Lo que me lleva a preguntarme ¿Eran conscientes estas personas del daño que hacían? ¿Estar tras una pantalla les otorga tanta “seguridad” que son capaces de agraviar a esta chica sin detenerse a pensar en el verdadero efecto de sus ofensas?
En la red somos otra persona, somos más atrevidos, tomamos riesgos, nos tiene sin cuidado lo que pueda ocurrir luego, al fin y al cabo, dando clic en la x de la esquina superior derecha se acaba el rollo, cerrando sesión ya no estoy, eliminando de amigos o dando unfolow desaparece esa persona para mí. Nuestra personalidad de altera, nuestra confianza se incrementa al mismo tiempo que el número de seguidores que tengamos y cuantos “me gusta” obtenga nuestra foto, nos permitimos definirnos por medio de números y las paginas a las que le damos like. En internet no somos nosotros, somos lo que queremos ser y lo que creemos que la gente quiere que seamos, podemos mostrar un instinto animal destructivo o una bondad desbordada, dependiendo del contexto virtual y el usuario con el que se esté en el mismo, porque puedo ser Sergio Martínez en Facebook al mismo tiempo que soy “@tumachocaliente” en latinchat, dos mundos diferentes separados únicamente por ventanas del navegador.

Pero bueno, en verdad estas son tonterías, a nadie afecta que el usuario de latinchat consiga una pareja. Pero cuando este abanico de personalidades perturba significativamente un escenario moral es cuando me causa temor el poder del Internet.


 Hace poco Katelyn Nicole Davis, una niña de apenas 12 años se suicidó en vivo; empezó su trasmisión en vivo, colgó una soga a un árbol, se despidió y luego acabo con su vida, todo en 40 minutos. Lo que más me impacto de todo esto, no fue el suicidio de la pequeña, o las terribles causas por lo que lo hacía, (sin ignorar que es un hecho que de por si es espeluznante), pero lo que me llego a poner la piel de gallina fueron los comentarios de las personas que veían la trasmisión. Mientras Katelyn lamentaba “no ser lo suficientemente bella” o pedía perdón por causar tanto daño a sus familiares, un significativo grupo de personas le escribían,” ¿Por qué no te suicidas ya? No tengo todo el día”, “qué bueno que ya te vas a morir, nos tenías cansados” o “Ya entiendo porque tu padre te violaba”. Esta niña tuvo que leer estos asquerosos comentarios antes de morir, todo gracias a esta falsa valentía, este falso coraje, a lo “irreal” que consideraron estas personas que era Internet, para ellos sus comentarios eran sólo eso, palabras, pero para Katelyn pudo ser un empujón a una muerte que, para mí, pudo ser evitada. Para el mundo esa trasmisión en vivo se acababa con cerrar la pestaña, pero para la familia Davis nunca va a terminar.

Internet es una herramienta enorme y un arma de doble filo, siento peligroso el uso que se le dé a esta y desconfió un cada vez un poco más del discernimiento humano, la delgada línea entre el bien y el mal se desvanece con más rapidez en este mundo digitalizado, la belleza se resume en selfies y la diversión en fotos de comida y bellos paisajes mejorados con filtros. Existe un mundo enorme llamado redes sociales, riesgoso pero entretenido, lo suficientemente tentador como para que la mayoría, si no somos todos, tengamos un perfil en Facebook y otras 4 redes sociales más, un lugar que nos permite comunicar si estamos felices, tristes, en un bar, en tal ciudad y con x personas, donde la inmediatez nos proporciona una dudosa cercanía con nuestros amigos y familiares, facilitando la comunicación.

Personalmente, sin dejar de lado mi realidad virtual, le apuesto a las relaciones reales, sin un “visto” o un “azul”, con besos reales y no emoticones de labios, con recuerdos que superan las fotos, con amigos verdaderos, de los que están ahí sin necesidad de un “en línea”. Le apuesto a las lágrimas reales y no a un estado en Facebook, a luchas reales y no un “me enfurece”.  Porque el momento va a estar ahí, siempre, conmigo, así no publique una historia en Snapchat.