Querido Internet:
Tú, conjunto descentralizado de
redes de comunicación interconectadas, me has decepcionado. Recuerdo nuestro
primer encuentro: Mi primera encarta, un portal que tenía diccionario para
niños y juegos de memoria, ya no necesitaba de Paint para divertirme, tú me
ofreciste un software educativo lleno de información que ya no recuerdo, pero
que me fue útil para el colegio. Tenía los datos necesarios para superar mi
primaria con rotundo éxito. No dude de ti, nunca, fue tan fácil para mi creer
en tus palabras, esa confianza que me trasmitiste fue suficiente para hacer mis
tareas y exposiciones, tus juegos me divertían y me enseñaban quien pinto la
mona lisa o escribió el quijote de la mancha, no hubo mentira alguna, fuiste
sincero conmigo, mis padres y mis profesores te aprobaron ¿y cómo no?, eras tan
puro.
Luego Messenger, qué inocente era, me
acercaste a mis amigos por medio de zumbidos y bombas de agua virtuales, conocí
los emojis, tú me enseñaste que era expresarme por medio de animales y caritas,
mi dificultad para decir lo que pienso y mi pereza de escribir mucho te
agradecen tan significativo acto. Ahora podía no sólo chismear en clase, sino
pasar horas y horas cotorreando con mis amigas, y con todas al mismo tiempo.
Tengo que admitir que a esa corta edad me fue más fácil hablar por Messenger
con los niños barones de mi clase, nada me causaba más adrenalina que mandarle
un “hola” al niño que me gustaba, y luego mandarle un zumbido, así como para no
perder el toque de intensa que me caracteriza desde pequeña.
Sin saberlo, me adentraba
lentamente al mundo de las redes sociales. Facebook es una realidad paralela,
donde la vaina se complicaba un poco y a la vez me facilitaba ese proceso de la
socialización, al que a mis 12 años le temía. Internet, tú y Facebook se han
encargado de inmortalizar mis peores etapas, fotos tomadas en Cameroid para ser
posteriormente editadas con Picnik, con “TKM” y “XOXO”, para completar, estados
que reflejaban mi “depresión profunda” pre-adolecente. Tu eres cruel internet,
no viste como suficiente mi vergüenza y ahora cada vez que abro Facebook tengo
un “recuerdo” ¿Qué te hace creer que quiero recordar eso?
Pero también me has regalado
momentos hermosos, me has otorgado algo que te agradeceré por siempre: películas
y series. Mis viernes y sábados lluviosos no serían nada sin ti, mis ojeras
gritan cuevana y pelis24, nada podrá remplazar los instantes que hemos pasado
juntos. YouTube fue todo un hit, mejor dicho, ¡la toteaste! Qué buen invento,
que buena idea se te ocurrió para hacerme aún más dependiente de ti. Porque no
sólo me ofreciste música, sino toda una recopilación de vídeos estúpidos, pero
tan TAN entretenidos, además, poco a poco me ibas conociendo mejor, me recomendabas
cosas que sabias que me iban a gustar, pocas veces te equivocaste.
En mi vida académica, tu y yo éramos
uno, no había tarea o proyecto al que no recurriera a ti, y sé que así va a ser
siempre, nuestra relación en este tema será eterna, te lo prometo. Pero en esta
clase de información y documentación me han contado cosas sobre ti que no me
han gustado mucho. Yo recurría a ti porque sé de las capacidades que tienes y
lo mucho que le has aportado a mi vida, pero ¿Cómo así que a veces mientes? Yo
nunca te he mentido a ti, te he dicho donde vivo, que me gusta, mi fecha de
nacimiento, todo lo que te doy es verídico, ¿y tú me pagas con esto, internet?.
Está bien, entiendo que unas cuantas bromitas, que cadenas en WhatsApp sobre
que ahora van a cobrar, unas cuantas noticias falsas, fotos editadas, está
bien, podía soportarlo, lo entiendo, pero ¿meterse con mi vida académica? No,
no lo voy a aceptar.
De ahora en adelante ya no voy a
confiar tan ciegamente en ti, me has demostrado que no eres tan perfecto como
te dices ser, y que has cambiado desde nuestro primer encuentro en Mi primera
encarta. Ya no eres el mismo, o tal vez yo no lo quería ver, no lo sé. Sólo sé
que ahora te haré muchas preguntas, de hecho, en clase creamos un cuestionario
para saber cuándo nos mientes, porque al menos no soy la única que cayó
redondita en tus redes, no, somos más, estamos unidos por una causa: saber cuándo
nos mientes y tal vez en un futuro poder cambiarte, lograr que mejores. Tu
puedes, yo lo sé.
Ahora mirare la extensión de las páginas
web que me muestras, verificaré tus fuentes, estaré más atenta a la biografía, buscare
el contacto del autor, porque me canse; me canse de que cada vez que me
pregunten de donde saque la información decir: “Wikipedia profe” ¿Qué es eso? ¿Qué
me has hecho? No, no más, ahora sonaré diferente cuando nombre paginas científicas
o diccionarios especializados, seré una nueva persona, también con tu ayuda.
No todo es tu culpa, en una
relación las cosas son de los dos, yo también sentía como suficiente lo que me
entregabas, me recostaba en ti y no recurría a los libros u otras fuentes. Qué
mediocre fui y qué alcahueta fuiste tú. Es hora de dar un paso, ambos, es hora
de que nuestra relación madure y avance, si yo soy consciente de la forma en
que busco y uso la información, tu podrás aportarme justo lo que necesito. He
de resaltar grandes facultades que posees, tu rapidez, tu variedad, la forma en
que las distancias se hacen cada vez más cortas, eres maravilloso, por eso te
amo. Pero porque te amo, me amo y amo mi vida académica e intelectual, vamos a
lograrlo.
Se acabaron nuestros encuentros
jocosos de “la mujer con tres senos” “haz maíz pira con los celulares de tus
amigos” “carga tu celular con una sandía”, no te creo más, fue divertido, lo
sé, pero me fallaste no una, sino varias veces, por eso la confianza que tenía
en ti ya no es la misma. No niego lo divertido que eres y la inmensa cantidad
de sonrisas que me has sacado (también lágrimas, los vídeos de “solado que
regresa a casa” son mi debilidad), has estado para mí en cada momento de mi
vida: si estoy triste tengo una lista de reproducción en YouTube que se llama “para
llorar poquito” #datoreal, si necesito concentrarme hasta los mismísimos Mozart, Tchaikovsky y Chopin
están ahí. Tú haces eso posible
Esta carta es también para
agradecerte. Gracias por libros enteros en PDF, por películas que ya no consigo
en la esquina pirateadas, por Spotify, por los memes, por Julio el profe, por “vídeos
de caídas 2016” (o 2015, da igual, los he visto todos) y por “gatitos súper
tiernos”. Gracias por Skype, Snapchat, Instagram, twitter y Facebook. Desde
Juegos.com hasta Yahoo! respuestas. Gracias. Esto no es un adiós, es un “sí,
pero ¿y las fuentes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario