lunes, 8 de mayo de 2017

Mi pasado pesado

Acabamos APA, y eso alegra mi corazoncito. Esa felicidad merece 1200 palabras, así sea domingo, este en mi esponjosa cama, al lado de mi esponjoso gato y usando mi esponjoso pijama, dejaré atrás la pereza que invade mi cuerpo para que mi blog se encargue de registrar para la eternidad que soy libre de estas reglas, al menos durante la clase.

Internet hace parte de nuestro día a día, no podemos imaginar un día sin celular, sin revisar nuestras redes o correo, o sin jugar Clash of clans. En esta sala muchos tenemos dispositivos móviles en la mano, justo ahora y no está mal, así que frescos, no los suelten.
Pero para llegar a este punto, en la que el celular es una extensión de nuestro cuerpo han tenido que pasar ciertas cositas. Hacemos parte de una generación que nació justo en la intersección de dos eras, porque alcanzamos a jugar “congelados” o “la lleva” pero también usamos Messenger y fuimos pioneros en Facebook, gran ventaja.

Mi hermana menor, Natalia me cuenta lo que hace en clase, las redes sociales que utiliza, veo sus fotos, y quedo impactada. Yo en clase jugaba “stop” o “ahorcado” para pasar el tiempo, mientras la profesora calificaba o salía a compinchar y tomar tinto; ella no, Nata se toma snaps y juega con los efectos de esta aplicación y cuando se aburre de esto y de subir 10381 historias, se reúne con sus amiguitos para contestar cuestionarios de BuzzFeed, a ver ¿Qué princesa de Disney eres? O ¿Qué tan fresa eres?

Recuerdo que cuando tenía 12 años y estaba cursando sexto grado, durante la clase se rotaba un cuaderno que tenía en la portada escrito “el chismografo de 6to B”, se trababa, como su nombre lo indica, de chismes de la clase. Cada integrante del curso tenía dentro del cuaderno 3 páginas en blanco, donde tu ponías nombre completo, edad, tu correo, color favorito, cantante favorito, quien te gustaba (mucho valiente el que lo pusiera), a qué edad habías dado tu primer beso, entre otros datos que alimentaban la curiosidad de todo el curso, pero además se podía escribir en las páginas de otros compañeros, se recibían comentarios tanto negativos como positivos, algunos firmados, otros no. Si alguien te caía mal ¿para qué decírselo en la cara? Escríbelo en el chismografo. Este cuadernito, que veo como un primitivo grupo de Whatsapp, causo muchos problemas en el curso, los niños de 12 años pueden ser bastante crueles, pero también, en lo personal me facilito algunas cosas, especialmente para afinar mis estrategias de coqueteo con el niño que me gustaba.
Lo llamaremos Pepe. A mí me encantaba Pepe, me hacía reír mucho y me gustaban sus ojos color miel, ese hombre tenía que estar en mi vida. La vaina es que yo siempre he sido como medio torpe para coquetear, así que me ponía muy nerviosa cuando me hablaba y yo solo sabía hacer dos cosas cuando ese niño estaba cerca: sonreír nerviosamente y sudar. El chismografo me otorgo datos valiosos acerca de mi Pepe, él era un año mayor que yo, le gustaba el azul, su artista favorito era Pxanda (El man no podía ser tan perfecto, alguna vaina mala debía tener) y no le gustaba nadie. Mi oportunidad. También me percate que su correo estaba anotado en este cuaderno, así que tome nota y llegue directico a mi casa a agregarlo a Messenger, pero oh sorpresa, él me había agregado a mí.

Y así comenzó una historia protagonizada por largas charlas en Messenger, zumbidos y muñequitos que lanzaban besitos eran el pan de cada tarde luego de llegar al colegio. Me gustaría poder contarles que nos hicimos novios y todo fue maravilloso, pero no, el decidió que otra niña del curso, que estaba más desarrolladita  (if you Know what i mean) podría ser una mejor novia.

A lo que quería llegar con la historia es que los tiempos han cambiado, que mi hermana nunca sabrá que es sentir esa emoción que uno sentía cuando la persona que te gustaba se conectaba, o conectar Ares con Mesenger y así mandar indirectas con la canción que estaba escuchando. Ahora estamos en grupos de Whatsapp, mandamos memes y cuando tenemos suerte somos administradores y podemos poner fotos vergonzosas de nuestros amigos como foto de perfil.


Recuerdo también que amaba jugar en Paint, hacer dibujitos jurándome Picasso, mi truco era usar el borrador de diferentes tamaños, así hacia las ventanas de los edificios y le ganaba a mi prima en las competencias de “quien hace el dibujo más lindo”. Ahora dibujo en Snapchat, y hago obras tan creativas como estas: 

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Mis fotos a la edad de mi hermana dan vergüenza ajena, y me cuestiono porque mi mamá me decía que me veía bien si desde marte podía verse que mi sentido de la estética era casi nulo. Los TKM y lo MUAKS en letra rosada, más la pixeleada de todo lo que no fuera son el perfecto coctel de escarnio público, y en mi perfil de Facebook no podrían faltar las etiquetas en fotos así:

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Pero bueno, aprendí de mi error y esas fotos han sido borradas, la mayoría, otras todavía las utiliza Fernando para ese chistesito en los grupos de Whatsapp que les conté anteriormente.

En conclusión, mi hermana y yo hemos querido lo mismo,contar chismes, comunicarnos con nuestros amigos y traga, hacer dibujos y tomar una que otra foto. Yo empece con el chismografo y ella con whatsapp y lo más probable es que ambas usemos alguna próxima red  y nuestros nietos se reirán con mis historias sobre como por querer ver la foto de perfil de mi crush accidentalmente le di a "vídeo llamada" y perdí mi dignidad. 




















lunes, 3 de abril de 2017

El periodismo y los millennials

Estoy orgullosa de ser parte de los millennials y de poder asumir el reto que eso constituye.

La clase pasada el profesor nos puso un vídeo que explicaba mas o menos como funciona nuestra generación, sobre las medallas que ganamos sólo por participar, los especiales que somos y lo mucho que los educadores y nuestros padres nos lo recuerdan, lo impacientes que somos y los dependientes que somos de las redes sociales y la tecnología, cierto, todo cierto; pero como diría nuestro filosofo local Suso el paspi: interesante pero discutible.

Soy absolutamente consciente de los contras que tenemos como millennials, lo incapaces que somos de estar solos y como nos dejamos definir por números, por likes  y seguidores, además sé que algunas factores de nuestra crianza y el afán de nuestros padres por darnos todo lo que ellos no tuvieron en su infancia, puede que nos haya vuelto algo caprichosos, sólo un poquito. Pero también veo las capacidades que tenemos en un mundo globalizado siendo nativos digitales.

El  mundo de hoy, gústele a quien le guste, gira en torno a la tecnología y las redes sociales. El publico de hoy tiene como prioridad la inmediatez y lo simple sobre aspectos como la calidad y el esfuerzo, así que el mercado cumple su principal función: cumple la demanda; no me mal interpreten, no estoy defendiendo esta posición ni mucho menos, sólo describo el panorama.

Este fin de semana asistí al X Encuentro de periodismo investigativo (si, estoy chicaneando, estoy muy feliz), y en este Daniel Coronell afirmo que el periodismo de hoy, liderado por los jóvenes que se gradúan de las escuelas de periodismo, se estanca en la post-verdad, ya que estos aceptan la información que les brinda Internet, reduciéndose a pocas fuentes, y esto lo vuelven verdad, limitándose a la simple comunicación de datos, siendo sólo un canal, lo que llevo al director de Univisión a deducir que el periodismo de hoy en día merece un cambio rotundo, dónde los tweets no sean la fuente principal, sino que se vuelva a recurrir al "zorro viejo" para que el análisis que se les de a la noticia sea más profundo y esta este empapada de contexto.

Añadió también, que el hoy nos ofrece miles de plataformas diferentes, que ya no era necesario amurallar la información a un canal o a un periódico, sino que las redes sociales convertían a los ciudadanos en periodistas, ahora cualquier persona puede tomar una foto de algún momento y volverlo tendencia y por eso mismo es automáticamente noticia, ejemplificando con especios como lo son "el periodista soy yo" de Caracol o como un vestido que no se sabia si era blanco o azul revoluciono la red.

Entonces me recordé a mi misma hace unos años debatiendo con muchas personas sobre ¿cómo lo veían blanco? si claramente era azul. Alcance a avergonzarme un poco, pero luego pensé que no fue malo, que el haber hecho eso no me desautorizó o deslegimitó para hablar sobre el apretón de manos de Juan Manuel Santos y "Timochenko" o la adopción gay. Así que llegue a una conclusión, el problema no es el impacto de todos estos factores altamente criticados, sino el desequilibrio que existen entre estos y la importancia que deben tener hechos importantes.

Si, creo que somos especiales, cada uno de nosotros, por mas Disney que suene, pero también estoy convencida de que el esfuerzo debe ser el principal pilar para el éxito. Creo que las redes sociales son una fuerte atadura, sé que sin mi celular caigo en desespero, pero no puedo ignorar el hecho de la excelente herramienta que es para informarme o comunicarme. Todo es malo en exceso y hermoso en perfecta medida.

Nuestra generación ha sido protagonista de múltiples discusiones, y muchas de ellas basadas en situaciones que yo misma califico de negativas. Somos la generación indignada, mostramos nuestro enojo por medio de "me molesta", porque para asistir a marchas y usar camisetas blancas estamos, pero las urnas sintieron nuestra ausencia, porque todos repetimos "adopta, no compres" pero muchos tienen un golden retriver y pocos han adoptado.

Daniel Samper también tuvo su oportunidad de hablar, e hizo una fuerte critica a la forma en como estaban redactando los jóvenes periodistas en nuestros días, compartiendo puntos de vista con Coronell, y dijo algo que para mi fue muy valioso, nos invito como generación a gastar
 la suela de nuestros zapatos, a caminar la ciudad y no relegar el periodismo a datos básicos, sino empaparnos de la calle y de la ciudad, dejarnos envolver por historias, hacer de esta profesión una experiencia apasionante y enriquecedora, para que a la hora de sentarnos a escribir y comunicar trasmita exactamente eso, y no deje el sin sabor que vemos actualmente en la mayoría de los medios. También felicito el trabajo que han adelantado bastantes periodistas jóvenes, haciéndole recobrar un poquito de fe en la profesión, ya que fueron investigaciones increíbles, como la reunión de más de 400 periodistas a nivel mundial para sacar a la luz pública todo lo relacionado con los Panamá papers.

Posteriormente tuve un taller con Jana Baris, una corresponsal de guerra, enfocada en el conflicto armado entre Israel y Palestina. Esta periodista ha asumido la gran tarea de ser reportera en la granja de gaza, ha cubierto de atentados en su país y ha entrevistado tanto a las  victimas como a los victimarios  de esta guerra. Sus historias narran los hechos con toda la pasión con los que estoy segura que son escritos y además ella los complementa con fotografías tomadas por ella misma. Las imágenes son estremecedoras, casas destruidas, niños agachados esperando a que caiga una bomba y la alarma se calle, hospitales hechos escombros, entre otras cosas. Mientras ella exponía se le quebró la voz, toda el auditorio pudo sentir como se le arrugaba el corazón, y me sorprendió como una persona que vive rodeada de la violencia y la tragedia, aún es capaz de sentir con tanta intensidad lo que relata, no se ha vuelto insensible, todo lo contrario, puedo afirmar que es su motor para seguir contando.

Vi esto como señal, como impulso. Mi labor como periodista millenial es aprovechar todas las herramientas que me ofrece la actualidad y usarlas a merced de la verdad y el buen ejercicio del periodismo, no dejarme llevar a un abismo tecnológico, sino ser prueba de que los jóvenes somos capaces de hacer un cambio, recordando que el "impacto" deseado no va a ser inmediato y requiere demasiado esfuerzo. Confió en mi generación y en el provecho que le podemos sacar a las redes sociales y el Internet, acepto el reto de Coronell y Samper, para ser prueba real de que el buen periodismo es aún posible.



lunes, 27 de marzo de 2017

Mi mala memoria

Mi memoria está en crisis. Mi disco duro le ha dado prioridad a cosas absolutamente banales, como aprenderme la canción de la mala rodríguez “33”, rimas sin sentido alguno pero que se escuchan bien y lucen bellas al lado de un bate de béisbol, gracias a esto los temas relacionados con la clase no se han guardado correctamente en esta cabecita distraída, mis más sinceras disculpas de ante mano.

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Pero bueno, vamos a ver, juntos de la mano, que permanece hasta el día de hoy en mi mente. Alejandro, Majo y sus gomitas terminaron de exponer el código 5, ahora sé que es una figura y una tabla, sé la diferencia, y sé que ustedes también, esa vaina la repitieron mínimo 6 veces. También sé que debo ponerle “nombre y apellido” a ambas y que las tablas no tienen bordes exteriores (como el pan de sándwich, es más rico sin las orillas).

Vimos muchos vídeos, me gusta ver vídeos. Vimos un experimento que consistía en el sufrimiento, tentar a unos pobres niños con un masmelo, no podían comérselo, aunque lo tuvieran ahí, pobres, pero a cambio recibían otro, dos masmelo por aguantar. Cosa que vi y que no sé si se tuvo en cuenta, es que entre más de dicen a uno que no puede, o que espere, más le dan ganas de hacerlo, así que no es que los niños además de que les encanta el dulce, les dijeron algo que es mortal para los impulsos humanos: “no puedes”.

Qué drama, esa frasecita siempre me raya el oído y me deja pensando, y no sé confundan, no es cuando mi mamá me dice que no puedo salir, sino cuando mis capacidades se ven cuestionadas, ¿cómo que no puedo?, claro que puedo, venga y mira cómo puedo. Entonces hay que plantearse que es lo que no creen que puedo lograr. Me voy a poner en los zapatos de esos pequeños cachorros humanos del vídeo ¿Qué haría la Paula de 7 años?

Pero para eso tengo que contextualizar como era yo hace 12 años. Físicamente, me vestía rarísimo, usaba más colores de los tolerados por el ojo humano, andaba despeinada (bueno, no ha cambiado esa situación), con las uñas cortitas y mal pintadas. Me gustaba correr y rodar en el pasto, en general dar vueltas hasta quedar mareada. Mi conexión con la naturaleza era muy buena, me encantaba recolectar flores para mi mamá y perseguir mariposas.

Mis amigos, en su mayoría hombres, eran igual o más inquietos que yo, y nuestra amistas se caracterizaba por los retos continuos, prefería mantenerme alejada de las pruebas asquerosas que se ponían entre ellos, “a que no te atreves a comerte ese gusano” y “el que dure más tiempo con tierra en la boca” son sólo los más higiénicos ejemplos, yo sólo miraba intentando no vomitar. Pero llego el día en que me retaron a mí, menos mal no tenía nada que ver con poner a prueba mi sentido del gusto y mis papilas gustativas, pero si significaba un reto para mí, que no soporto las alturas desde pequeña. El reto consistía en subir al árbol más alto y viejo del conjunto, la verdad me aterraba, al comienzo me negué, cruce mis brazos como símbolo de rechazo total a la idea, pero no hay peor empuje que “Uy, qué gallina”.

Yo no era una gallina. Si, tenía miedo, pero no era una gallina, así que mis pesitos y manitas diminutas en ese entonces procedieron a abrazar ese árbol y escalarlo como Trazan. No fue tan difícil, sólo no tenía que mirar abajo, llegue a la copa y grite con todas las fuerzas de mis pulmones “¿No que muy gallina?”. La cosa se complicó un poco a la hora de bajar, tenía más miedo y me sentía aún más vulnerable, pero no se lo iba a denostar a los niños que abajo esperaban mi regreso triunfal, claro que no, así que mi sonrisa fingida y yo bajamos lento pero seguro. Nunca había estado tan feliz de tocar el suelo.

También he tenido algunos choques con mi papá frente a los retos, cuando tenia 13 años mi papá me dijo que lo más seguro era que no podría ganar un torneo de tennis teniendo en cuenta lo mala que soy en los deportes y que nunca había cogido una raqueta antes, así que en mi mete dije “¿si? ¿muy mala? “entrene meses, y si, gane el torneo, ¿No que muy mala?

Así que, con el contexto realizado, me pondré en situación, ¿Qué hubiera hecho la Paula de 7 años?. En medio del conflicto sólo podría imaginar a mis amigos y a mi papá diciendo “Seguro no puede resistir a comérselo”. Así que por más de que quisiera, utilizaría mi misma sonrisa falsa para ocultar mi desespero. No pensaría en el segundo masmelo, de hecho, casi no me gustan, pensaría en lo hermoso que sería lograrlo, demostrar que si podía.

Ahora, dejando atrás las divagaciones de mi yo infantil, también recuerdo los videos de mis compañeros de clase, me reí mucho, gracias.

Para el código 6 es a quien van dirigidas mis disculpas, no recuerdo mucho, sólo alcanzo a bocetar mentalmente el tema de las citas, de cómo citar correctamente, pero lo hostigada que estoy de normas APA y mi poca disciplina mostrada la semana anterior no me permite recordad mucho, en serio lo siento, espero mejorar la otra clase, mi bienestar académico lo agradecería. Además que es un código muy importante, tenemos que estar citando constantemente, rayos, me di cuenta un poco tarde, lo bueno es que aún tengo tiempo y en la siguiente sesión van a explicar el tema, tarde pero a tiempo.

Así que de este blog podemos concluir que:

-         - La canción de la mala rodríguez es pésima, pero algo de bueno debe tener porque me la aprendí toda. Escúchenla y juzguen ustedes.
-          - Aprendo más cuando me alientan con comida, como las gomitas de Majo y Alejandro.
-         -  Yo a los 7 años era una caspa y mi pobre mamá no podía quitar las manchas de tierra en mi ropa ni con Vanish ropa color.
-         -  No me hubiera comido el masmelo sólo por orgullo, ni siquiera por comer otro masmelo, tal vez hubiera sido diferente con chocolate, ahí si alcanzo a dudar de mi fuerza de voluntad.
-          - Por favor sigan haciendo vídeos, me rio mucho. Gracias.

-          - Código 6, pondré más de mi en clase, promesa. 

lunes, 13 de marzo de 2017

Hagamos una pausa

La puntuación nos permite distinguir donde hacer una pausa. Estos signos nos indican cuando detenernos, cambiar de rumbo, aclarara algo o simplemente respirar. Lo que me lleva a pensar que debería existir un manual de normas APA para la vida, un librito que indicara cuando ponerle pausa a una relación toxica o a un trabajo que ya no nos hace felices, o cuando ponerle punto final y no volver a retomar la loca idea de volver a ese lugar tenebroso y oscuro. Un manual que nos dijera que luego de esas pausas; comas, dos puntos y punto y coma va un espacio, para dejar de jadear como perritos sedientos mientras leemos, para eso necesitamos ese espacio.

Punto. Además de indicar el final de una idea, deben usarse en la abreviatura de los iniciales de los nombres como J. K. Rowling, pero no en siglas o acrónimos como APA, porque esas letritas deben permanecer juntas, no es necesario separarlas, pobres. Ellas no merecen un final, por más de que odiemos APA no las separemos.

Coma. Nos da un respiro, inhalemos calma. Cuando enumeramos tres o más elementos, ejemplo: Quisiera comer ya mismo, pizza, chocolate y un pescadito. Considero necesaria la pausa tras nombrar semejantes delicias, y apa esta de mi lado, así que hagan la pausa. Además, debemos usarla en una oración explicativa, que pueda eliminarse sin afectar el sentido y estructura de la frase. La coma también nos será útil a la hora de enfatizar un año. No se usa como antes de y, o, e, estas pequeñitas no necesitan de una coma antes, ellas respiran solas, pero gracias.

 Punto y coma. Separar dos ideas independientes que no se relacionan directamente. Como un arrocito en bajo, que estén juntitos pero separados, así. Un respiro pequeño pero necesario. Asimismo, debemos usar el punto y coma para una enumeración que ya contiene comas internas, así logramos separar los elementos y hacer más fácil su identificación en el texto, su lector se lo agradecerá.

Dos puntos: ayuda a extender o ilustrar una idea, por medio de ejemplos. Si la oración luego de los dos puntos representa una oración gramaticalmente completa va en mayúscula, de lo contrario recurriremos a las diminutas minúsculas. Usará los dos puntos también en razones y proposiciones, en referencias entre lugar de publicación y la casa editorial.

Rayita, una súbita interrupción, un alto bastante grande que implica más de un respiro, como una pelea dentro de la una relación, un algo significativo. La relación va bien, todo está perfecto e inesperadamente BOOM, cuando le pregunta a su pareja ¿Qué tienes? Dice “nada”. Si, así actúa una raya, interrumpe, pero no finaliza una idea. Así que luego de pelear ustedes siguen, tal cual pasa con la oración. Otro tipo de respiro.

Dobles comillas. Introducir comentarios irónicos, términos inventados o de una jerga en particular, estas deben emplearse sólo una vez, en adelante se dará por entendido. También debemos usarlas cuando se nombre un libro o texto en específico, para referirse a unas indicaciones exactas. Pero no debemos ironizar con las mismas, de hecho, no use ningún signo de puntuación para hacer esto, es más preferiblemente no haga eso, a APA no le gusta.

Comillas simples. Deben emplearse cuando una referencia ya tiene comillas dobles originalmente a la hora de citarlo, no la use cuando cite en bloque, acá se debe usar las comillas dobles, sinceramente no sé si entendí esta parte muy bien, pero hice mi mayor esfuerzo frente a las comillas, ¿doble comilla es diferente a comillas dobles? Perdón, espero no haberlo confundido más.

Paréntesis, serán usados para introducir elementos aclaratorios a la expresión, pero no como las comas, así: modelos significativos (ver tabla 5). Los paréntesis también se usan para agregar una abreviatura, agrupar expresiones matemáticas, encerrar valores estadísticos, grados de dificultad entre algunas otras cosas que no creo que sean de su interés en este preciso momento. De nada.

Frente a las normas ortográficas tenemos las mayúsculas, y es lo que ya sabemos, al comienzo de cada párrafo y nombres propios, para títulos y encabezados, sustantivos propios y nombres registrados, sustantivos seguidos por numerales o letras, títulos de pruebas, evaluaciones y cuestionarios, en estos casos las diminutas serán excluidas, pobrecitas. Anqué si, estéticamente las mayúsculas se ven más bellas.


Apa es un mal necesario, y sería estúpido negar que hay varios datos que desconocía, me son y serán útiles, agradezco su aparición de mi vida, pero mi escritura creativa se siente coartada, limitada a la hora de redactar este blog. Espero poder encontrar otra inspiración diferente en las líneas del manual, ya que las normas no me permiten imaginarme o relacionarla con diferentes cosas, lo siento. 

lunes, 27 de febrero de 2017

Charly Garcia y APA

Por favor leer escuchando esto. Gracias.  https://www.youtube.com/watch?v=VAOBIkhOARM

Ya no quiero volverme tan loca con las normas APA, este conjunto de reglas ha complicado mi vida, y con las ultimas clases enfocadas exclusivamente en este tema, en el fondo de mi veo temor y veo sospechas con esta extraña fascinación nueva que tiene el profesor. Desde el colegio adaptarme a estas normas fue difícil, empezando nunca he tenido muy claro la larga lista de estatutos, no me los he aprendido ni mucho menos sé cómo aplicarlos correctamente. Así que, para entender todo este embrollo: No voy en tren, voy en avión.

Por si no usted no ha ido a New York, ni a Paris, por el contrario, vive bajo la tierra, Charly García ha regresado al mundo de la música con “Random”, el nuevo álbum que estreno hace poco , el 23 de febrero de este año para ser exactos. Arrancó con Chopin  nocturne op 9 no 2 para regalarnos La máquina de ser feliz, plateada y lunar. Justo en esta locomotora desconocida pero cautivadora, nos aventuraremos a entender lo que un grupo de psicólogos, antropólogos y administradores de negocios han decidido imponer como necesaria tortura académica.

Código 1: Tipos de artículos. Hay 6 tipos de artículos, (como los años que Charly se demoró en darnos pistas de un nuevo álbum, desde el 2010 con Kill Gil estábamos esperando su regreso. Valió la pena.) Hay estudios empíricos, enfocados en proyectos de investigación y su proceso; reseña literaria (artículo que estoy dispuesta a hacer sobre “líneas paralelas” escrito adivinen por quien, Charly) , encargada de evaluar material de otros autores; artículos teóricos, que presentan información empírica sobre un tema promoviendo el avance de alguna teoría, para afinar algunos conceptos; artículos metodológicos, (ojala Charly hiciera uno sobre el proceso creativo de “los dinosaurios”) que explican a la comunidad investigativa, modernos métodos, nuevas formas de indagación o modificaciones a otros métodos; estudios de caso, que son informes obtenidos al trabajar con individuos o comunidades y otros tipos de artículos, que vienen siendo como el homenaje que Charly Garcia, Fito Páez y Ricardo Molo le hicieron a Cerati, ya que este tipo de artículos se enfocan en información breve, comentarios, obituarios, réplicas de obras, etc.

Este código también habla de la ética en la presentación de estos documentos. Evitar el plagio, citar correctamente, dar los créditos correspondientes. Con “me siento mucho mejor” Charly nos mostró como se vuelve una canción ajena en un hit musical sin necesidad de cometer plagio, por el contario rinde tributo a otros autores, ya que su trabajo como versionista ha sido impecable, y me podría quedar hablando horas sobre “Himno nacional argentino” inspirada en Star-Spangled Banner de Jimi Hendrix o “influencia” y su relación con “Influenza” de Todd Rundgren, pero este escrito es sobre normas APA, vaina que tengo que recordarle al lector y principalmente a mí.

Código 2: Elementos de manuscrito. ¡Qué placer esta pena! Acá se habla sobre el título del documento, el nombre del autor, la afiliación institucional (¿Sabían que le dicen “Bigote bicolor” a Charly García por la falta de pigmentación en su bigote, gracias al vitíligo, provocado por los trastornos que sufrió ya que sus padres estuvieron ausentes durante su infancia?, pobre, pero es un título, es explicativo y tiene menos de 12 palabras, cuenta).



Además, este código nos habla del resumen, que es una síntesis breve, preciso y no evaluativo, coherente y conciso. Por ejemplo, la versión charlesca del himno nacional argentino es un resumen en versión rock en español, que logra condensar en 4:35 minutos los 10:37 minutos originales, pero sin perder el sentido, por el contrario, adquiere un valor adicional, que servirá para reconstruir un periodo de la historia argentina, instrumentalmente hablando, y fue tal el impacto que muchos argentinos tildan  esta versión como mejor, algunos hasta se atreven de reclamar esta interpretación en los partidos de fútbol, prefiriéndola sobre la de Vicente López y Blas Perea.

Código 3: Canción para mi muerte. Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad, luego me toco exponer el código 3. Sólo por si no se ha percatado, para mi es difícil mantener distancia  de un lenguaje literario o metafórico, ya que considero mucho más hermosa y entretenida una prosa elegante acariciada tenuemente por alegorías y símbolos, pero APA no está de acuerdo con mi posición romántica en sus textos académicos, APA prefiere lo literal, especifico y directo, “menos es más”, diga únicamente lo que quiere decir, evitando las redundancias y las contradicciones, evite el te amo, te odio, dame más.

Es importante que las ideas estén organizadas, se debe pensar bien en la línea que se quiere seguir en el artículo, todo lo contrario, a “rompan todo” que Charly hizo en 1991 con Pedro Anzar, porque si quieres bailar, si quieres sentir, adelante, pero siguiendo una estructura, ya que facilitara la lectura y hará más entendible el texto. También es importante elegir el vocabulario correcto y la jerga adecuada. (Algo así como “No llores por mí, Argentina”, vaya  expresión tan acertada).

Procedemos a la reducción de discriminación por tema. Género, hace referencia a los términos adecuados y no peyorativos que deben usarse en un texto académico, eludiendo una marginación sexual. No se dice “sexo opuesto” se dice “el otro sexo” y una mujer que estudió ingeniería es ingeniera. No seamos suicidas, recurramos al plural y nos libramos de las complicaciones que implica distinguir si somos excluyentes o no, cambiemos el terapeuta, por los terapeutas, recuerden que todo gato en la ciudad tiene mil vidas.

Desconocía varias cosas cuando empecé a realizar esta exposición, la diferencia entre transgénero y transexual me era tan ajena como la cordura a Charly, la diferencia es que yo necesito de estos conocimientos, él está perfecto en su locura. APA enseña a no tener caos, Charly me enseñó a ordenar el caos.

APA es como “Tu vicio”. Yo soy un vicio más, en tu vida soy un vicio más ¿Por qué no me dejas si es que soy tan sólo un vicio más? Tu vicio. Tal cual, puedo oír susurrar esas palabras en mi oído cada vez que empiezo algún texto bajo estas normas demoniacas, a pesar del odio que le guardo, las necesito, las necesitamos.

Cuando escuche por vez primera “chipi chipi” la deteste. Charly acababa de romperme el corazón. Sentía que las botellas de póker, el humo de jet negro y la reciente charla sobre Sartre no combinaba para nada con ese sonsonete medio salsero. El cambio abrupto de “cuando pase el temblor” de Soda Stereo a el trabajo experimental del señor bigote bicolor no me convenció. Pedí que la cambiaran, que Janis Joplin me lograría entender mejor en ese momento. Mis caprichos fueron rápidamente atendidos, y deje atrás a ese tal “chipi chipi”. Viernes posteriores, esa canción me persiguió, y así fue como le cogí cariño, de a poquitos. Espero que suceda lo mismo con APA, que de lunes en lunes pueda entenderlas lo suficiente como para aplicarlas, o al menos para que en el próximo parcial me vaya bien.

Ahora ustedes cada vez que estén “masturbando a la nena en un hotel de Pinamar” pensaran en APA, y así sabré que he logrado mi cometido.





lunes, 20 de febrero de 2017

Mi nuevo tesoro

Al entrar a esta universidad era consiente de ciertos beneficios que contaba, sabía que la biblioteca Alfonso Barrero Cabal me brindaría desde a Hanna Arent y John Locke hasta libros sobre el tarot y el Kamasutra. También sabia de ático, que me ha sido muy útil en mis proyectos audiovisuales y trabajos publicitarios; las cámaras, luces y micrófonos son una ventaja que tenemos sobre otras universidades. Con el tiempo fui conociendo más y más beneficios, como por ejemplo el poder ver películas en la biblioteca y jugar Xbox. Además, tenemos el gimnasio, que sinceramente use dos veces porque la actividad física y yo no nos llevamos muy bien, por eso si vuelvo sería por el jacuzzi.
Luego de un año en la universidad, en esta clase, conocí que tenía acceso a otros beneficios, como a la base de datos que me ha sido muy útil en otras materias. Esto me recordó algo sucedido en otra clase: en teoría del conflicto el profesor nos mostró una base de datos que estoy segura que le sería bastante útil a muchos, ya que contiene todos los conflictos armados del mundo, con fechas exactas, los actores y cifras exactas. Entonces me llevo a preguntarme algo ¿De cuantas bases de datos me estoy perdiendo?

De muchas Paula, de muchas. Luego de un pequeño curso (tutorial en YouTube) y buscar exhaustivamente (googlear) conocí otras bases de datos, que seguramente usaré en mis próximos trabajos, que lamento profundamente no haber conocido antes. Yo, al sentirme orgullosa de mi nuevo conocimiento, le conté a mi papá lo aprendido y le muestre algunas de las bases de datos que conocí y cómo manejarlas, posteriormente el soltó el típico comentario de “Si hubiera tenido esto en mi época, todo hubiera sido más fácil” para luego regañarme por no haberlas conocido antes y demás sermones que nunca faltan. Lo bueno es que ahora él también usa algunas de las bases de datos para su trabajo, ahora los artículos que escribe tienen diferentes fuentes y es bastante tierno ver a mi papá navegando como todo un jovensuelo en esta plataforma.

En clase también conocimos google académico, plataforma que filtra mejor la información que el google convencional. Así que hice un experimento: Si en el google que todos conocemos, con poner los síntomas en la barra de búsqueda automáticamente padecemos de cáncer terminal, ¿qué pasa si pongo los síntomas en google académico? Pues nada, acá no me matan, acá me informan sobre plantas medicinales, pdf médicos que proceden de una universidad y algunos informes de vacunas. En google académico no muerdo, en cambio, aprendo medicina (un poquito).

En esa semana también nos introdujimos en el mundo de las normas APA, y tocamos el tema del plagio, que en lo personal, me encanta, identificar que es plagio, es toda una aventura editorial que estoy dispuesta a afrontar por el resto de mi vida con especial entusiasmo, oímos casos de plagio y aprendí que no debo hacer. Aprendimos los tipos de artículos y sus características, así que ahora estoy un poco más ubicada frente a este tema.


El mundo informacional es demasiado amplio y tan desconocido por mí, cada día que paso en internet aprendo algo nuevo, desde manualidades o recetas, hasta datos curiosos que impresionan a ciertas personas. No puedo dejar de preguntarme cada lunes y miércoles ¿qué tan bien estoy usando esta herramienta que cargo conmigo en mi celular y computador? Pero tengo seguro que al menos saldré más hábil de esta clase, y podré usar lo aprendido a lo largo de toda mi vida. 

domingo, 12 de febrero de 2017

Mi relación con el Internet

Querido Internet:

Tú, conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas, me has decepcionado. Recuerdo nuestro primer encuentro: Mi primera encarta, un portal que tenía diccionario para niños y juegos de memoria, ya no necesitaba de Paint para divertirme, tú me ofreciste un software educativo lleno de información que ya no recuerdo, pero que me fue útil para el colegio. Tenía los datos necesarios para superar mi primaria con rotundo éxito. No dude de ti, nunca, fue tan fácil para mi creer en tus palabras, esa confianza que me trasmitiste fue suficiente para hacer mis tareas y exposiciones, tus juegos me divertían y me enseñaban quien pinto la mona lisa o escribió el quijote de la mancha, no hubo mentira alguna, fuiste sincero conmigo, mis padres y mis profesores te aprobaron ¿y cómo no?, eras tan puro.

 Luego Messenger, qué inocente era, me acercaste a mis amigos por medio de zumbidos y bombas de agua virtuales, conocí los emojis, tú me enseñaste que era expresarme por medio de animales y caritas, mi dificultad para decir lo que pienso y mi pereza de escribir mucho te agradecen tan significativo acto. Ahora podía no sólo chismear en clase, sino pasar horas y horas cotorreando con mis amigas, y con todas al mismo tiempo. Tengo que admitir que a esa corta edad me fue más fácil hablar por Messenger con los niños barones de mi clase, nada me causaba más adrenalina que mandarle un “hola” al niño que me gustaba, y luego mandarle un zumbido, así como para no perder el toque de intensa que me caracteriza desde pequeña.

Sin saberlo, me adentraba lentamente al mundo de las redes sociales. Facebook es una realidad paralela, donde la vaina se complicaba un poco y a la vez me facilitaba ese proceso de la socialización, al que a mis 12 años le temía. Internet, tú y Facebook se han encargado de inmortalizar mis peores etapas, fotos tomadas en Cameroid para ser posteriormente editadas con Picnik, con “TKM” y “XOXO”, para completar, estados que reflejaban mi “depresión profunda” pre-adolecente. Tu eres cruel internet, no viste como suficiente mi vergüenza y ahora cada vez que abro Facebook tengo un “recuerdo” ¿Qué te hace creer que quiero recordar eso?

Pero también me has regalado momentos hermosos, me has otorgado algo que te agradeceré por siempre: películas y series. Mis viernes y sábados lluviosos no serían nada sin ti, mis ojeras gritan cuevana y pelis24, nada podrá remplazar los instantes que hemos pasado juntos. YouTube fue todo un hit, mejor dicho, ¡la toteaste! Qué buen invento, que buena idea se te ocurrió para hacerme aún más dependiente de ti. Porque no sólo me ofreciste música, sino toda una recopilación de vídeos estúpidos, pero tan TAN entretenidos, además, poco a poco me ibas conociendo mejor, me recomendabas cosas que sabias que me iban a gustar, pocas veces te equivocaste.

En mi vida académica, tu y yo éramos uno, no había tarea o proyecto al que no recurriera a ti, y sé que así va a ser siempre, nuestra relación en este tema será eterna, te lo prometo. Pero en esta clase de información y documentación me han contado cosas sobre ti que no me han gustado mucho. Yo recurría a ti porque sé de las capacidades que tienes y lo mucho que le has aportado a mi vida, pero ¿Cómo así que a veces mientes? Yo nunca te he mentido a ti, te he dicho donde vivo, que me gusta, mi fecha de nacimiento, todo lo que te doy es verídico, ¿y tú me pagas con esto, internet?. Está bien, entiendo que unas cuantas bromitas, que cadenas en WhatsApp sobre que ahora van a cobrar, unas cuantas noticias falsas, fotos editadas, está bien, podía soportarlo, lo entiendo, pero ¿meterse con mi vida académica? No, no lo voy a aceptar.

De ahora en adelante ya no voy a confiar tan ciegamente en ti, me has demostrado que no eres tan perfecto como te dices ser, y que has cambiado desde nuestro primer encuentro en Mi primera encarta. Ya no eres el mismo, o tal vez yo no lo quería ver, no lo sé. Sólo sé que ahora te haré muchas preguntas, de hecho, en clase creamos un cuestionario para saber cuándo nos mientes, porque al menos no soy la única que cayó redondita en tus redes, no, somos más, estamos unidos por una causa: saber cuándo nos mientes y tal vez en un futuro poder cambiarte, lograr que mejores. Tu puedes, yo lo sé.

Ahora mirare la extensión de las páginas web que me muestras, verificaré tus fuentes, estaré más atenta a la biografía, buscare el contacto del autor, porque me canse; me canse de que cada vez que me pregunten de donde saque la información decir: “Wikipedia profe” ¿Qué es eso? ¿Qué me has hecho? No, no más, ahora sonaré diferente cuando nombre paginas científicas o diccionarios especializados, seré una nueva persona, también con tu ayuda.
No todo es tu culpa, en una relación las cosas son de los dos, yo también sentía como suficiente lo que me entregabas, me recostaba en ti y no recurría a los libros u otras fuentes. Qué mediocre fui y qué alcahueta fuiste tú. Es hora de dar un paso, ambos, es hora de que nuestra relación madure y avance, si yo soy consciente de la forma en que busco y uso la información, tu podrás aportarme justo lo que necesito. He de resaltar grandes facultades que posees, tu rapidez, tu variedad, la forma en que las distancias se hacen cada vez más cortas, eres maravilloso, por eso te amo. Pero porque te amo, me amo y amo mi vida académica e intelectual, vamos a lograrlo.

Se acabaron nuestros encuentros jocosos de “la mujer con tres senos” “haz maíz pira con los celulares de tus amigos” “carga tu celular con una sandía”, no te creo más, fue divertido, lo sé, pero me fallaste no una, sino varias veces, por eso la confianza que tenía en ti ya no es la misma. No niego lo divertido que eres y la inmensa cantidad de sonrisas que me has sacado (también lágrimas, los vídeos de “solado que regresa a casa” son mi debilidad), has estado para mí en cada momento de mi vida: si estoy triste tengo una lista de reproducción en YouTube que se llama “para llorar poquito” #datoreal, si necesito concentrarme hasta los mismísimos Mozart, Tchaikovsky y Chopin están ahí. Tú haces eso posible

Esta carta es también para agradecerte. Gracias por libros enteros en PDF, por películas que ya no consigo en la esquina pirateadas, por Spotify, por los memes, por Julio el profe, por “vídeos de caídas 2016” (o 2015, da igual, los he visto todos) y por “gatitos súper tiernos”. Gracias por Skype, Snapchat, Instagram, twitter y Facebook. Desde Juegos.com hasta Yahoo! respuestas. Gracias. Esto no es un adiós, es un “sí, pero ¿y las fuentes?